SEGUNDA PARTE
- Tenemos información de último momento en la
zona verde con la situación de rehenes. Vámonos de inmediato con nuestro
compañero William Thompson, en directo para MNN. Cuéntanos Bill que está
pasando exactamente. ¿Hay algún avance?
- Así es Tom, seguimos aquí en la
zona verde, exactamente a 1800 metros del edificio del Banco central de Metrópolis,
límite de los cordones de seguridad del ejército. Nos ha llegado información
sobre la situación que es noticia en todo el mundo. El secuestro de 254 rehenes
en manos de “El Kryptoniano, o El carnicero de Kryptón” antes conocido como
Superman. El bandido se ha comunicado con los negociadores del departamento de policía,
exigiendo hablar personalmente con la reportera del diario El Planeta, Lois
Lane, con quien al parecer tuvo una relación sentimental hace un par de años.
Según fuentes del gobierno, el Kryptoniano además de la presencia de Lane,
solicitó un camarógrafo y al fotógrafo del diario El Planeta Jimmy Olsen. Al
parecer Tom, el infame secuestrador va a conceder una entrevista en vivo y en
directo en pocos minutos.
- ¿Bill, para acceder a esta
petición la policía realizó algún tipo de negociación con el secuestrador,
entrega de rehenes por ejemplo?
- Así es Peggy. El Kryptoniano va
a entregar a 50 rehenes, 40 mujeres y 10 hombres, todos de la tercera edad. Una
vez soltados los rehenes, se hará el ingreso de los periodistas.
- ¿Se sabe algo del procedimiento
de salida y entrada de las personas en cuestión, es decir, se tendría que
desactivar temporalmente el casco de seguridad?
- Tom, es imposible desactivar la
barrera de Kryptonita, según nos ha manifestado un representante del ejercito,
cualquier instante sería aprovechado por el bandido para escapar, o peor aun,
para lanzar un terrible ataque a la fuerza pública. Por eso se mantendrá
activada todo el proceso y hasta que la situación esté controlada. Por otra
parte, para los seres humanos no es perjudicial este compuesto, por lo tanto,
lo podrían atravesar sin que esta capa verde luminosa les ocasione daño alguno,
tanto a los rehenes que salen, como a los periodistas que entran. Por lo pronto
es todo en la ciudad de Metrópolis. Les informa desde la zona verde, William Thompson,
para noticias MNN. Sigan en estudio Tom y Peggy.
- Gracias a ti Bill por esa
importante primicia informativa, que los televidentes han podido conocer
gracias al esfuerzo técnico y periodístico de noticias MNN, quien lleva la
información de primera mano, desde la zona verde, lugar de los hechos, hasta la
comodidad de sus hogares.
- Tom y el mundo sigue pendiente
de este importante hecho de interés general. Recordemos que El Kriptoniano ha
realizado hechos delictivos en los países más poderosos del planeta,
repartiendo dolor y muerte a su paso. Igualmente llevándose enormes cantidades
de dinero y joyas en cada golpe.
- Peggy nos informan que ya se
está realizando el canje de rehenes en el Banco Central, vamos de inmediato al
lugar de los hechos con nuestro compañero William Thompson. Adelante Bill
cuéntanos que sucede en este momento y como se está llevando a cabo la entrega.
- Tom, efectivamente y con ayuda
de la policía y el ejército se está llevando a cabo el procedimiento de canje
de rehenes, por el personal periodístico solicitado por el criminal. Debido a
los múltiples anillos de seguridad y el férreo cordón militar de la zona verde,
no podemos tener imágenes de la liberación de las 50 personas de la tercera
edad, 40 mujeres y 10 hombres. Vamos a esperar imágenes de los helicópteros
militares autorizados para el cubrimiento de los acontecimientos desde el aire.
Continúen en estudio Tom y Peggy.
- Gracias Bill estaremos
pendientes de las imágenes de los helicópteros militares, mientras tanto
tenemos en línea al General del ejército Richard Murphy, comandante de las
fuerzas militares. Buenos días general está en vivo de costa a costa por
noticias MNN le habla Tomas Andrews. El mundo lo escucha.
- Malditos periodistas, como
siempre metiendo sus narices en todo. Arlequines de la información, eso son.
Gozando como nadie éste “espectáculo” de sangre. ¡Apaga nuevamente esa estúpida
caja Will!
- Como usted mande señor Superman
- Llámame mejor Kryptoniano. ¿Así
es como todos me conoces ahora verdad? O mejor díganme asesino, criminal,
bandido, ladrón, o como escuché esta mañana: ¡el carnicero de Kryptón! Es
increíble, después de todas las veces que les salvé el trasero, ahora soy un
carnicero, jum. ¿Tú qué opinas Will, soy un carnicero?
- No señor, usted no…este… no es
eso que dicen, para nada
- ¡Gusano cobarde! – Gritó – ¡por
primera vez ten valor y dime en la cara lo que crees! ¡Distínguete del resto de
los de tu raza! Cobardes por naturaleza.
- Señor soy solo un simple guardia de
seguridad, tengo una familia y…
- Si, si estúpido, también tienes
hijos pequeños, yo sé me lo has repetido muchas veces mientras te meas de miedo
en los pantalones. ¡Qué patética especie!
Al terminar la frase sopló con fuerza
formando una poderosa ráfaga de viento que golpeo directamente a Will
arrojándolo por los aires a varios metros de distancia.
- Insectos. Sólo insectos son
para mí. Con todo y sus lucecitas verdes. Párate Will, límpiate el trasero y
vuelve a tu sitio. Necesito ahora que los “insectos” que seleccioné se levanten
y se vayan lo más pronto de mi vista. Salgan por la puesta principal y no miren
atrás. Tú, Peter, amigo, informa a los militares que, si Lois Lane no entra en
5 minutos junto con las demás personas, mataré a una mujer. ¿Entendido?
- Si señor carnicero, yo le
informo.
- ¡Ja Pete!, así se hace, por eso
eres mi favorito. Saca tu regordete trasero de aquí. ¡Muévete!
Los 50 temerosos ancianos
recuperaron la vitalidad de años anteriores y partieron de inmediato del salón
de reclusión, aun con sus arrugados rostros pringados por el rancio verdín del
miedo. Mientras los 204 restantes aguardaban por el milagro de salvación,
aunque en el fondo sabían que desde que escucharon un estruendo y vieron la
puerta de acero de la entrada volar por el aire a las 9:53 de la mañana, hora
exacta de la arremetida de Superman contra el Banco numero 10 de la semana, ya
su destino estaba condenado al sufrimiento, pues ese sanguinario ser de otra
galaxia había perdido los riendas de la razón, dejando a la locura cabalgando
sola en la pradera interior de su mente enferma.
El segundero del reloj central
del banco no había conseguido alcanzar la quinta vuelta cuando los tacones de
Lois y los pasos timoratos de sus acompañantes partieron la lámina de silencio
en el recinto, atrayendo la mirada azul y cansada del secuestrador.
- Lois, encantado de verte.
Lástima que sea bajo esta incomoda circunstancia. ¿No crees?
- Pienso lo mismo. Por lo menos
con lo segundo.
- Como siempre, enseñando tus
uñas. Hay personas que nunca cambian. ¿Hola Jimmy, como va todo hermano?
- Ojalá pudiera decir que bien,
Superman.
- Tranquilo amigo, las cosas van
a mejorar aquí, por lo menos para ti. Créeme.
- Disculpa si interrumpo, pero
para que nos hiciste llamar. ¿Qué quieres de nosotros?
- Ah, cierto, lo olvidaba. Ahora
soy un criminal que hace peticiones y mantiene al mundo bajo la sombra del
terror. Bueno, quiero concederte mi última entrevista. Sé que después de un
año… algo diferente podríamos afirmar, todas las personas quieren saber que le
ha pasado a su mascotica, a su salvador, a su héroe. Y bueno, quien mejor que
tú, mi periodista de cabecera. La que temblaba bajo mi miraba de rayos X en
aquella primera entrevista. ¿Lo recuerdas?
- Jamás la olvidaré. Esa vez
temblaba de emoción. Ahora lo hago de pavor.
- No te preocupes linda. El viejo
Superman no te hará daño. Si algo llega a suceder es por la manada de idiotas
con armas que se encuentra afuera. Quienes cayeron tan bajo, pero tan bajo, que
acudieron al peor criminal del planeta. Lex Luthor.
- El peor criminal del planeta
eres tú, no lo olvides.
- Cierto, cierto…ahora soy el Kryptoniano,
el bandido, el carnicero. Sigo teniendo los mismos poderes y ya no soy el
“Súper hombre”. ¿Qué cosa más rara no crees? No me respondas por favor, déjalo
para tus pensamientos. Más bien ubícate donde quieras, dile a tu camarógrafo
que haga un paneo del lugar, que enfoque a los rehenes y después comenzamos con
la entrevista. Ojalá hayas preparado buenas preguntas, porque si sobrevives
hoy, también lo hará tu carrera. Jimmy, mi mejor ángulo por favor, que no se
noten las botas rotas, ni la cara sucia. Gracias.
- Tom y Peggy tenemos las
imágenes de los 50 rehenes saliendo por la puerta delantera del Banco, es
increíble, son personas de avanzada edad, pero corren como jovencitos. Ahí
vemos a Peter Tisdale, quien al parecer sirvió al secuestrador para llevar el
mensaje de hacer ingresar en menos de 5 minutos al personal periodístico
solicitado, bajo la amenaza de asesinar a una mujer, si se superaba ese tiempo.
- Es increíble Bill tal grado de
maldad de este sujeto. Por eso su alias de “El carnicero de Kryptón”. Pero como
están los rehenes, cual es su estado de salud ¿hay algún herido de gravedad?
- Peggy al parecer todos están en
buen estado, algunos de ellos aquejan algo de dolor, tienen unas contusiones
leves, y principalmente afectaciones emocionales, pero ya están en estos
momentos bajo observación médica y psicológica. Esperamos que en pocos
instantes el mundo entero observe la entrevista de Lois Lane al villano de Kriptón.
- Así es Bill gracias por su
información estaremos pendiente de cualquier novedad suya en la zona verde, de
igual forma esperamos que en pocos instantes, podamos tener las imágenes del
interior del banco, donde nuestra colega periodista Lois Lane, se prepara para
entrevistar al secuestrador extraterrestre.
- Mira la cara de borrego de Tom Andrews, Bob. No te parece sencillamente una exquisitez la manera como finge angustia,
preocupación, dolor. Cuando es el principal espectador de este decadente show,
gozando sin pudor por ello. ¿Lo ves?, ¿lo ves Bob?
- No veo nada Lex
- Es porque eres un crédulo, y un
completo estúpido. Te devoras con deleite todo lo que la prensa te
entrega. ¿No sabes acaso que la
información es manipulada por lo medios? ¿Ah Bob no lo sabes acaso? El idiota
de William Thompson, el enérgico y “valiente” reportero de noticias MNN aseguró
que las autoridades habían hecho un trato con el “Terrorista” Alexander Joseph
Luthor – Tú servidor – para entregar la preciosa información del prototipo
generador del campo “anti estúpido volador”, si Bob, ese es el nombre de esa
maravillosa máquina que los malditos federales me arrancaron a golpes y
torturas. Usando su suero de la verdad y choques eléctricos. Si Bob, soy inmune
a eso, lo sabes. Pero por otra parte, si esa manada de gandules me ahorran la
tediosa tarea de acabar con ese encapotado hombre de traje azul, sería más
fácil para mí lograr mis planes de dominación mundial, óigase bien, de
dominación, no de terrorismo Bob.
- ¿Y qué tiene que ver Bill
Thompson en todo esto Lex?
- Mucho Bob, más de lo que te
imaginas. Bueno, de hecho, sirvió de puente entre los federales y yo. En sus
muchas intervenciones, ese estúpido reportero descubrió algo sobre la Kryptonita.
Es más, lleva siempre un fragmento en el bolsillo de su pantalón desde que
Superman se volvió loco. Y sabes Bob, él estuvo presente en los
“interrogatorios”. Como gozó al verme con la cara en el infesto retrete lleno
de excrementos, orines y quien sabe que desperdicios mas. Estos granos no son
gratis Bob, no lo son. Así que como te he demostrado mi querido amigo, la
información de la supuesta negociación en la rebaja de mi pena, es una falacia,
una vil mentira, o como te he dicho al comienzo de mi intervención, una simple
manipulación de los medios. Pero Bob, lo que no sabe ese inútil de Bill
Thompson es que ese pedazo de Kriptonita en el bolsillo de su pantalón no va a
evitar que le meta la cara completa en un retrete con mis excrementos y mis
orines Bob, cuando salga de aquí, muy pronto.
- ¡Cállate Luthor, de aquí solo
sales muerto!
- Por eso digo, mi estimado
guardia, Bob y yo sólo salimos muertos, ¿cierto Bob?
- Lois ya está todo listo,
salimos en 5 segundos.
- Gracias Mark, ya estoy
preparada.
Lois no dejaba de mirar a ese
hombre desgastado que tenía enfrente. Su aspecto descuidado y sucio la hacía
temblar. No quedaba sombra de ese individuo de aspecto pulcro y superior que la
devastaba con una simple mirada y la remataba con una blanca sonrisa. Dientes
tan blancos como los de él no vio jamás. Ahora parecían pardos, desalineados, y
no supo si era la impresión por sus feroces actos, pero apreció rastros de
sangre en la comisura de sus labios agrietados. No podía ser suya, pues él
nunca sangra, a menos que se haya estrellado de cara con la barrera
electromagnética de Kryptonita. No, simplemente no podía ser suya, es más, ese
ser malvado y lúgubre no podía ser el mismo que la salvó en numerosas ocasiones
de la muerte, y que la llevó a flotar literalmente por el cielo como nube por
el amor que sentía, que mas adelante descubrió que no era más que una enfermiza
obsesión, una absurda devoción. Nada cercano al amor. Un día desapareció de su
vida, él más nunca la buscó. Ella tampoco lo hizo, sencillamente no sabía dónde,
y se dedicó a esperarlo en la terraza de su departamento. Pero jamás volvió a
escuchar el aleteo de su capa colorada. Un día se lanzó al rio con la esperanza
de que su héroe atravesara las nubes y rayara el cielo con su vuelo fugaz para
sumergirse en las heladas aguas del rio para salvarla una vez más de la muerte.
Pero no apareció. Jamás lo vio personalmente hasta el día de hoy, cuando se dio
cuenta que nunca más lo volvería a ver, pues ese ser maligno con traje azul ya
no era él, y nunca más lo volvería a ser, mucho menos después de la entrevista
que acababa de comenzar hacía unos segundos, y ella permanecía con su mirada
perdida en sus más hermosos recuerdos de Superman.
CONTINUARÁ...
Espera el próximo jueves la parte final del cuento.
ALVARO RUIZ REYES
Copyright © Alvaro Ruiz Reyes
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