Un poema escrito a mi hija Martina, mucho antes de su nacimiento.
Anoche volví a esculpirte en mis sueños
a cincelar tus pardos ojos en mis pensamientos
a grabar tu dulzura en mi corazón ansioso
a teñir mi alegría con tu sonrisa musical
y volverla por vez primera en una realidad
palpable
Anoche tus manitos de algodón apretaron mis
mejillas secas,
acariciaron mi orgullo y jugaron con la
emoción de mi mirada
al tiempo que tu fragancia dulce y cálida
arrojaba mi espíritu fuera del país de lo
material
y lo hacía flotar entre los nubarrones de la
demencia
En ese viaje cósmico, sobrenatural y hermoso
tus ojos almendrados dejaron de ser un
misterio ante los míos,
tu cabello, refulgente cascada de oro
atravesada por el sol
iluminó toda mi realidad entre mis sueños
con su revelador y chispeante rocío
Tu piel lozana, fresca y perfumada
cual pétalo de astromelia hecho bálsamo
sagrado
serenó mis afanes de sentirte, de tocarte,
pero incrementó mi angustia por no tenerte
entre mis brazos
Arrullándote en las noches de escarcha y polvo
lunar
Protegiéndote de las sombras fantasmales de tu
imaginación
cuidándote de las carcajadas lúgubres de la
oscuridad
velando tus sueños y rescatandote en tus
pesadillas
entregándote mi risa, mi tiempo, mi vida
entera
para evaporar las lágrimas de tu corazón y ver
el destellar de tu alma
Por eso te digo con este poema que nació en
mis sueños,
que tu llegada del cielo anhelo y espero
aunque ya conozco tus ojos, tu piel, tu risa y
tu cabello
aun tengo antojos de tu voz y de tus gestos
para saber que Dios me ha bendecido con uno de
sus Ángeles más bellos
Alvaro Ruiz Reyes
Copyright © Alvaro Ruiz Reyes
Que poema tan hermoso en cada letra destila AMOR...
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